viernes, 15 de febrero de 2013

LAS DEMENCIAS Y LOS ANTIPSICÓTICOS

Uno de los grandes debates abiertos es el uso de fármacos antipsicóticos para el control de las alteraciones de conducta del enfermo con demencia.  Estos fármacos suelen ser bastante efectivos, sin embargo, dichos problemas suelen tratarse con neurolépticos y esto es un arma de doble filo: al principio puede venir muy bien, dependiendo del tipo de demencia, pero a largo plazo, puede dar problemas porque determinados síntomas de la enfermedad pueden ser confundidos con síntomas de la medicación.
Por tanto, sí que nos ofrecen posibilidades pero con cuidado. Es decir, si un paciente, en el que la estimulación que reciba desde fuera es fundamental, le produces unos efectos secundarios que le van a impedir hacer ejercicios cognitivos de mantenimiento, salir a la calle por inestabilidad postural, le estás condenando,  como dice el Dr. García Soldevilla en la entrevista que mantuvimos con él  en septiembre de 2008,   le estás poniendo una escayola al cerebro en vez de ponerle un chándal y sacarle a hacer footing todos los días “. Los neurolépticos son muy buenos pero en su justa medida y de forma puntual.